11 Razones por las que no consigues tus objetivos

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Pensar en un objetivo es la parte fácil. Detallar las especificaciones de un objetivo, desarrollar un plan de acción, y después seguir con el plan de acción y superar los obstáculos inevitables que surgirán, es otra historia.

Como puedes ver, hay muchas razones por las que no llegamos a conseguir nuestros objetivos. 

Nada en el mundo merece la pena a menos que signifique esfuerzo, dolor, y dificultad. 

Tabla de contenidos

Sería fácil culpar a la gente por evitar el dolor y la dificultad que supone alcanzar la mayoría de las grandes metas, pero tiene que haber más motivos por los cuales fallamos y no logramos nuestros objetivos, ¿Verdad? Ciertamente los hay. 

A continuación, te contamos 11 razones por las cuales no consigues tus objetivos y algunos consejos útiles que pueden ayudarte a alcanzar tus metas personales. 

1. Cambiar el foco de la recompensa al esfuerzo

Pensar en el resultado fin y lograr la victoria al alcanzar una meta es excitante: “No puedo esperar hasta que consiga mi título universitario” o “Este verano voy a estar en forma” pueden ser grandes motivadores. Es fácil empezar con mucha energía y motivación al principio ya que nuestro foco está en el resultado final. 

Sin embargo, hay una desconexión con nuestro foco cerebral antes de que empecemos nuestros objetivos y después de que de hecho empecemos. Antes de ponernos manos a la obra, nos centramos en la recompensa. Luego, poco a poco, empezamos a centrarnos más en el esfuerzo que conlleva conseguir la recompensa. 

La clave es redirigir tu foco de vuelta a la recompensa con tanta frecuencia como puedas para motivarte cuando tu objetivo requiera todo tu esfuerzo. 

2. Los objetivos están poco definidos o no son realistas

Quizá quieras escribir una novela o convertirte en el próximo Youtuber viral. Bien, eso está genial, y no hay nada de malo en ello, pero ¿Cómo planeas hacerlo realidad? Sin una definición clara de tus objetivos, estos tan solo son fantasías. 

Si nunca leíste un libro o escribiste algo más largo que un tweet, escribir una novela es poco realista. De igual modo, simplemente decir que quieres ser una estrella viral de Youtube es demasiado vago sino pones algunas especificaciones para lograr ese plan. 

Define tus objetivos planeando pequeñas metas a lo largo del camino, como “unirte a grupos de escritores” o “hacer un vídeo nuevo a la semana”. Esto te ayudará a centrarte mientras trabajas para conseguir la meta principal. 

3. Tienes demasiados objetivos encima de la mesa

Tener muchos objetivos al mismo tiempo no tiene nada de malo. Sin embargo, tener muchos objetivos sin priorizar ninguno de ellos te llevará a conseguir resultados pobres. Si sientes que nunca te comprometes completamente con una tarea o no puedes reconocer que cosas están en el top de tus prioridades, existe una gran probabilidad de que te pongas demasiados objetivos al mismo tiempo. 

Muchos de nosotros y nosotras pensamos que somos maestros de la multi tarea, pero la ciencia opina lo contrario. Ten cuidado de no sobrecargarte demasiado, aprende a priorizar, y alcanzarás tus objetivos más rápido. 

4. Una planificación pobre desbarata todos los esfuerzos

Cada objetivo va a requerir al menos algo de planificación, y otros, por supuesto, van a necesitar una planificación extensiva. Si descuidas trabajar los pasos para llegar del punto A al punto B, probablemente nunca llegarás al punto B. 

Quizás quieras incrementar los clientes de tu negocio un 30% para el próximo año. ¿Necesitarás contratar a más personal para hacerlo realidad? ¿Qué nuevas estrategias puedes poner en marcha? ¿Los esfuerzos de marketing necesitan ser redefinidos o descartados? Preguntarte/responderte este tipo de preguntas al principio y a lo largo del camino es crucial. 

5. Perder la visión del "Por qué"

Digamos que tienes que mudarte con tu familia a otra ciudad por trabajo. Si tienes hijos adolescentes, estos casi con total seguridad van a montar un escándalo. Cuando el inevitable “¿Por qué?” surge, podría ser fácil decirles que tienen que mudarse porque papá o mamá tiene un trabajo nuevo y dejarlo así tal cual. Esa es la razón, pero no es el por qué. 

Quizá la mudanza significa unos ingresos mayores o un estilo de vida más cómoda o la seguridad de vivir en un entorno más seguro. Es fácil perder el foco del “por qué” cuando se trata de trabajar hacia un objetivo, y esto puede dificultar el progreso. Asegúrate de reexaminar periódicamente porqué tienes ese objetivo en primer lugar. 

6. Excusas, excusas, y más excusas

Todo el mundo pone excusas de vez en cuando. Recitar del tirón las excusas por las cuales no merece la pena perseguir un objetivo o por las cuales no trabajar es a menudo más sencillo que seguir persistiendo en ello. Aunque algunas excusas pueden ser perfectamente válidas, otras tan solo sirven para escurrir el bulto. 

Las excusas son una ventaja cuando se trata de abandonar un objetivo, pero también son paralizantes. Si no lo mantienes bajo control, las excusas pueden arruinar cual objetivo que intentes, echa un buen vistazo y pregúntate si la razón es válida o tan solo una excusa poco sólida. 

7. Miedo al fracaso

No alcanzar un objetivo a causa del miedo al fracaso es incapacitante y una inseguridad que puede seriamente ser un lastre en tu vida. Nadie quiere fracasar, y el miedo al fracaso a menudo surge de una necesidad por la perfección. 

Evitar tomar riesgos, sin embargo, no es la forma en la que ir por la vida. Lo bueno es que al observar porqué podrías tener miedo al fracaso, puedes aprender a superarlo y evitar que este miedo sabotee tus objetivos. 

8. Fallar al anticipar los obstáculos

¿Adivina qué? Ese objetivo brillante que tienes con el plan perfecto imposible de fallar, lo más seguro es que no vaya a ir tan perfectamente como piensas. Los problemas siempre surgen, y los obstáculos se interponen en nuestros caminos, así es como funciona el universo. Si fallas planificando algunos de estos problemas con miras al futuro, estos problemas podrían evitar que alcances tu objetivo. 

Trata de construir estrategias e incentivos para cuando puedas sentir que estás perdiendo el foco o encontrándote con problemas. Tener un plan A sólido siempre es bueno, pero tener un buen plan B tampoco es una mala idea. 

9. No ponerte ninguna fecha límite

Tanto si estás intentando aprender una nueva habilidad, como si estás tratando de convertirte en un experto en tu industria, ponte fechas límites, y anótalas. Será un 42% más probable que logres tus objetivos si los anotas, y si no pones una fecha límite para lograrlos, no van a hacerse realidad. 

Entonces, ¿Por qué una fecha límite es tan importante para lograr una meta? Una fecha límite te hace ser consciente del uso de tu tiempo. Digamos que quieres perder 10 Kg. Vale, ¿Cuándo? Si te pones una fecha límite para Junio, o bien lo conseguirás o bien no, y una fecha límite te presiona para levantarte y ponerte a trabajar. 

10. Permitir a los detractores dudar sobre tu objetivo

Mientras mayor sea el objetivo, más gente podría dudar de tu capacidad para lograrlo. Es fácil escuchar a los detractores y permitirles dudar e incluso desbaratar tus objetivos, y esta puede ser una razón por la que fracasamos al conseguir nuestros objetivos. Siempre van a existir los críticos y haters, y mucha de esta negatividad tiene su raíz en los celos y la envidia. 

No permitas que sus dudas saquen lo mejor de ti, y, en lugar de ello, úsalo como gasolina para el fuego, para concentrarte y forjarte a ti mismo/a.  

11. La procrastinación retrasa tus objetivos

Abraham Lincoln dijo una vez: “Dame seis horas para talar un árbol, y gastaré las primeras cuatro horas afilando el hacha.” De todas las razones por las que fracasamos al conseguir nuestros objetivos, ninguna es tan perjudicial como la procrastinación. 

Es fácil decirte a ti mismo/a que empezarás mañana o solucionarás un problema más tarde. En demasiadas ocasiones, ese mañana nunca llega, y la motivación tiende a perderse. 

Una de las mejores formas de vencer a la procrastinación es hacer público tu compromiso. La mayoría de personas quieren evitar parecer vagas o fracasadas, y decirle a los demás que vamos a hacer algo refuerza nuestra concentración cerebral en el recompensa. 

Comprometerte con tus objetivos no es fácil y a menudo puede llevar mucho tiempo y mucho esfuerzo mental y físico. Ahora que sabes algunas razones por las que la gente no alncaza sus objetivos, puedes mejorar tus opciones para cruzar la línea de meta hacia la victoria. 

¿Estás teniendo problemas para alcanzar tus objetivos? ¿Cuáles crees que son las causas? ¿Qué estás haciendo para revertir la situación? ¡Cuéntanos tu experiencia en los comentarios!

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